viernes, 8 de marzo de 2013

¿te espero para cenar?


una invitación: 
“no tengo tiempo para cocinar”… me respondió, en una triste mañana en la ciudad….!
Trágica maniobra de un corazón marcado de soledad sumergida por un desconsuelo cotidiano.

La invite cenar: mis brazos serian el mantel perfumado donde ella apoyaría sus manitos. Su ternura, su sonrisa y los mimos cumplirían el papel de utensilios recién lavaditos. Bendeciremos la mesa entre miradas inhibidoras que ocultan todo pero a su vez demuestran los más profundo  sentimientos. Le diré que apague las luces y abra las cortinas -para cenar entre velas-.


Ella sabe que no ceno si no es con ella.

Hace mucho que esperaba un corazón tan puro para poder alimentarme.
Me queda la intriga de conocer el sabor de su piel, si  retorna hacia mí.... la besaría de a ratitos, disfrutando su aliento de mujer y juntare lagrimas para susurrarla un  “te quiero”.
La próxima vez no me digas que no,  que por ti no tengo calendario. 

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