lunes, 15 de noviembre de 2010

Relatos


Te encontré feliz y sonriente, con los labios pintados de rosado, junto a tu mirada desconcertante.

Tus ojos mujer, tan transparentes y preciosos. Qué relatan las voces de tu corazón.

Tus labios, tan finitos y empalagosos... los comería como caramelos de miel: suavemente morderlos, sintiendo el gusto dulce, que alimenta y cuida mi paladar.

Ese sol y esa luna que llevas donde vayas. Qué no se apagué nunca y nadie pueda censurar, como me gusta verte sonreír, le das el gustito mágico a mi vida.

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