martes, 8 de marzo de 2011

Cuarto día


Me ven por las mañana caminando solita mareada de tanto sol que ya le robe la insolación al dolor. En el bolsillo pongo el saludo pintado de amistad, pues a mí nadie me viene a visitar, más conocidos que el sol y con nadie me pienso asociar.

Solita me caigo y del dolor me refuerzo como aguardiente de sudor. Aquí estoy opacando la luz y jodiendoles a los sucios poetas que se vayan a cagar, me quedo solita, pero sincera y fuerte en mi interior.

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