lunes, 21 de noviembre de 2011

n0 Puedo, No.



No me olvido como me abrazaste aquella noche en esa ciudad.


No era más que un simple niño cubicado en brazos de una enviada de los dioses.


Nos emborrachamos de palabras y el terciopelo eran tus manos arrugadas.


Hoy miro las nubes y veo tu rostro en las estrellas, tu calor es tan grande que me quiero sumergir de nuevo.



¿Dónde estás?
Quiero cuidarte y abrazarte
mirarte a los ojos y agradecerte por ese instante.

Lindo sería volver a verte, improvisar la secuencia y coleccionar otro de esos momentos que renueven los pensamientos de cuando no estás….

1 comentario:

  1. dormía, una caricia envolvió mi noche y gratamente fue tuya (:

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