lunes, 25 de noviembre de 2013

Un paso M.A.S.

 Tienes que saber que solo recuerdo que tu nombre empieza con una “A” y termina con una “N” como una canción que el viento trae sus coplas en la noche primaveral y no puedo permitirme dejar pasar este pensamiento que me remota a la noche anterior.


Verte  por primera vez entre las luces de colores, humo artificial, atrapada entre atardeceres de acuarelas, en la mano un tickers con fecha de vencimiento como esa sonrisa que vi. Reíste para que la noche sea pasajera, pero… solo te vi ahí…  tú mirada pérdida como un partido de televisión.  Madrugas en desvelo sin una copa de vino para escribir sobre ti, te sentí tan triste que Noviembre me llevo a pensarte, quería abrazarte, pero nos separaban tantas palmeras sin tierra.
Donde estarás sentada ahora mirando el horizonte,- me pregunto-, pequeña napoleón., tienes una historia sin terminar que olvidas mover las pompas y te pones a retorcer los sentimientos, solo sonríes en la pizarra de la quiniela, de tanto mal que te han hecho... perdón, es sólo ... es que te vi… tan frágil, tan sola, mirando perdidamente… la nada.
No te hundas en un mar de recuerdos, podes volver a tocar fondo en una noche, pero, también, podes ver el amanecer en cada mañana y jugar con tus dedos a que las nubes tiene siluetas a tu entender. 
Tienes muchas utopías por recorrer.

Copas Rotas

Abre ese vino y brinda sin motivos que el sentido lo sabrás en la segunda copa. No interesa la  brisa de la soledad hay muchas canciones que te acompañan cuando caminas. Sonríe al mundo, vuela alto como una mariposa  y aliméntate en jardines naturales, que nadie te podrá lastimar más que tu inconsciente., las luces de la ciudad echan a perder los faroles de la soledad, y viajas en un trance imaginario donde achinas los ojos, mordes los labios y seguís sonriendo sin argumentos. Cuantas copas rotas hay porque pensaste que el mundo se te caía si no sentías su perfume en tu suéter y cuantos litros de pintura que caían sobre tus ojitos.
Ya no te pertenece el dolor, el pentagrama es infinito y podes alejarte de lo obsoleto.
No importa....nada más, que ser feliz...a tu manera.

domingo, 14 de abril de 2013

Su último movimiento


Me siento un atorrante; hasta un atrevido haciendo pasar las horas pensando en vos.
Recordando esas noches.
Un cigarrillo y sonreír pensando en tu voz.

Seguramente volveré a extrañarte como todas las no ches, mordiendo los labios anhelando mirarte otra vez.
Qué lindo, y grandioso seria que estuvieras aquí, que perfumes mi habitación –desde que te fuiste el otoño invadió de hojas amarillas este lugar-.
No hubo amanecer que no pensé en tu belleza, el viento me envuelve de recuerdos y tu cuerpo ya no despierta conmigo.
El frió del atardecer hace que te extrañe cada vez más.

Duermo de a ratos, estas en mis sueños, ya no te puedo ignorar.
El colchón pide dé a gritos por vos.

Probé todos los caramelos, pero ninguno sabe tan bien como tus labios, creo que te comería esa boca, lentamente.- no te soltaría.
Un sueño seria que te vengas hoy, que me invites a dormir entre tus brazos.
Te imagino tanto que voy perdiendo la noción de cómo era tu sonrisa...
¿tus ojitos seguirán brillando?- me pregunto todas las noches.

Representas una estrella para mí,  y hoy más que ayer te pido que me ilumines, hay muchas nubes dando vueltas en mi mente, y cada vez te siento más lejos.
Sos la primavera que quiero; recuerdo con pasión como alumbrabas mis días sin darte cuenta fuiste mi sol de noche.
Abrázame, abrázame sin razones, róbame besos fijos y cicatrizare tu dolor con amor.
Cierra los ojos que mi corazón está desnudo y con él te estoy besando, y es más que simples besos: es una galería donde la muestra es mi amor por ti. Son esos abrazos que jamás te di, es mi sonrisa sonriendo en la tuya, son mis ganas de que nombres “mi amor”.
Hace días que no me escribís, señal que ya no te acuerdas de mí, y pensar que yo te recuerdo en cada despertar. En cada momento pienso en vos, aquellos momentos que el tiempo nos robó, quiero verte hoy, mañana y ahora…..
Que me digas que la alarma sonara 5:20am y que en la noche no me dejaras de abrazar. Es verdad que te extraño, lo murmuro bajito para que los vientos no te distraigan, se oprime mi corazón al no verte dormir.
Hoy mis ojitos están marchitos, tú eras la alegría, solo tengo ojos para vos.
Si tan solo te animarías y me abrieras tu corazón, veras y sentirás un resplandor, porque sanaría todas tus heridas y sembraría colores en tu colchón.
Fue sin darme cuenta mi amor por vos creció, me enamore en el momento que me abrazarte aquella noche de un cielo rojo.
Solo tienes que dejarte caer en mis brazos, no soy un vulgar, no lastimare tu inocencia tampoco pretendo la perfección, confía en mí. Por favor, atrévete, no vas a repetir la historia conmigo, no.. te robe mil sonrisas y voy por muchas más, tenes mucho miedo y del incertidumbre a  la confusión.
Jugate una vez, una oportunidad pon una ficha en mí, tú tienes el secreto del color del viento y es eso lo que me gusta de vos.
Sabes el camino de regreso;  estoy todavía en el lugar dónde te vi sonreír por primera vez. Acércate, no tengas miedo.  Por favor, yo no soy como los de afuera.
No te voy a lastimar.
Llámame y dime que nos debemos tantos abrazos
Los besitos vendrán solitos.

lunes, 1 de abril de 2013

En Tu Cal0r


Nena estoy enloqueciendo otra vez
estas apagando/borras tu calor?
si tú siempre andabas tan cerca del sol

Junto lagrimas en mis cristales
siento que te estás apagando
 y eso, ...eso tanto me duele

Triste  porque no te puedo abrazar
y no se por donde ir
para irte a buscar.

Me siento mal al saber
que tus ojitos esta noche están tristes
y que no confías en mi.

pero aquí me tienes
no quiero que caigas, claro que no.
  nena… yo a tí ...te quiero.


No tengas miedo
no tienes lugar en la oscuridad
llevas esa luz en la sonrisa.

No temas, todo va estar bien
Créeme
Lo se.

viernes, 8 de marzo de 2013

Penas Coloridas




Sin pensarlo ni siquiera intuyendo el mañana, llego con su corazón de primavera y no se quiere ir, se acucurra  cómoda entre las sabanas viejas y el colchón transpirado. Sonrisa inédita, inesperada, insaciable, sumergida en un mundo nuevo, burbujas de colores rodean su alma, y arcoíris de abrazos la cuidan por la madrugada.

¿te espero para cenar?


una invitación: 
“no tengo tiempo para cocinar”… me respondió, en una triste mañana en la ciudad….!
Trágica maniobra de un corazón marcado de soledad sumergida por un desconsuelo cotidiano.

La invite cenar: mis brazos serian el mantel perfumado donde ella apoyaría sus manitos. Su ternura, su sonrisa y los mimos cumplirían el papel de utensilios recién lavaditos. Bendeciremos la mesa entre miradas inhibidoras que ocultan todo pero a su vez demuestran los más profundo  sentimientos. Le diré que apague las luces y abra las cortinas -para cenar entre velas-.


Ella sabe que no ceno si no es con ella.

Hace mucho que esperaba un corazón tan puro para poder alimentarme.
Me queda la intriga de conocer el sabor de su piel, si  retorna hacia mí.... la besaría de a ratitos, disfrutando su aliento de mujer y juntare lagrimas para susurrarla un  “te quiero”.
La próxima vez no me digas que no,  que por ti no tengo calendario. 

jueves, 7 de marzo de 2013

Mirar a los ojos y saber que paso lo peor


Tantas cosas nos dijimos en estos andares, buscándonos en caminos diferentes, en la radio sonaban sinfonías ajenas a la nuestra, como anunciando el final. Te fuiste, me dolió y quebré en llantos. Mis lápices no tienen colores desde que no estás, y sé que tus ojitos están tristes.

Te escuche decir que fue lo mejor, pero lo mejor   -sin dudas-  eras vos.



El silencio aterrador me encuentra pensando en una laguna mental, solo quiero llegar a tu corazón, como esas noches dónde me abrazabas sin preguntar y me besabas sin pestañear.

Sabes bien que no tengo miedo y que me arriesgo a sembrar en tu suelo, dispuesto a borrar la lluvia en tus ventanales, cuidaría  tu sonrisa como los sueños que llevo intactos en mi corazón.

A veces también quiero huir, y viaje más lejos de lo que pude imaginar, pero en el umbral me encuentro contigo y es lo que me hace volver.

Solo quiero verte a venir….. no quiero sentir que lloras
estoy esperando por el día que me vengas a buscar,
mi cama siempre estará preparada ….. para vos.

Vivir Extrañandote




Pasan los días y despega mi corazón, me duele no sentir latir el perfume en mi habitación.

Todo el día es las 5.20am pensando en su transitar.

Las luces de la ciudad ya no alumbran solo relucen mis lágrimas.

Ya no sé dónde buscarla ni dónde sentirla.

Todas las canciones me conducen a sus labios., que paz tenía cuando la tenía en paz entre mis brazos.

Tengo miedo de no poder volverla a sentir más, no volverla a mirar sus ojitos que son tan hermosos.

La extraño, cómo un extraño, ….ya no la puedo abrazar. 

El silencio no es para mí


El silencio no es para mí

Aquí no habrá protocolos ni siquiera introducción, solo un sincero agradecimiento a la mujer que se llevó mi corazón…
En una tarde aproximada al otoño él la busca… necesita contarles tantas cosas, pero sobre todo quiere verla sonreír… es la historia, de dos corazones que sin buscarse se encontraron en la mesa de un viejo bar. De a poco fueron viéndose en esos atardeceres primaverales, dónde el contexto era mágico- buena música, sonrisas, cervezas y miradas delatoras- no entraba en cuestión el siguiente día laboral, solo él para ella y ella para él.
Parecían dos niños que se habían buscado deseándose intensamente, se venían ocho días a la semana, hablaban sin importar las horas y cada uno por su parte sonreía bajito, entendiendo todo.

Una de esas tantas noches que se veían en el bar, llego la hora de volver a casa, él le acompaña a la parada del micro como un grato gesto difícil de observar y se animó a besarla apasionadamente y con brillos en los ojos ella le susurro “hace tiempo no besaba aquí, me siento como una adolescente”. Él no supo que decir, pero su interior se retorcía ya que finalmente había encontrado a la muchacha que necesitaba. El regreso al barrio se reflejaba en la ventanilla del ómnibus, dónde jugando con las luces de la ciudad sonreía para ella, aunque ella ya se había ido.
La Luna fue la confidente de él, siempre miraba al cielo y pedía por ella, pasaba de a ratos observando los trozos del cielo lleno de luces y sabía que ahí la encontraba a ella, en algún lugar, acompañándole, sentía vida en los colores del horizonte, compartía el sentir por las cosas que ya no sienten, sentado en el pasto mirando a lo lejos, pero pensándola, siempre la tenía presente, dónde él iba ella la acompañaba, quizás para él no era necesario que esté presente en todo momento, porque el momento era el presente, la luna, las estrellas, el horizonte, el alba, las eternas madrugadas se reflejaban en el querer por ella. Con el tiempo creció el amor, se veía compartiendo sentimientos que una vez guardo, sentía que por fin encontró unos brazos para que lo abracen por la mañana.
Siempre buscaba una vaga excusa para poder verla, la sonrisa era el porvenir de él, sentía que la quería como hace tiempo no quería a nadie, si no la veía era un castigo y se moría de ganas de abrazarla.

Llegaron las noches donde era el momento de quedarse a dormir, los abrazos más largos, que mimarse el uno al otro era la monotonía del colchón, donde no existían nada más que ellos dos dejando de lado tantos prejuicios que decían los envidiosos, porque la felicidad que alumbraban era el dolor ingenuo de los mediocres. No recuerdo con exactitud de la dimensión de lo que hacían entre las paredes de ese cuarto mal pintado, solo esos bloques de cemento azul sabrán los rasgos específicos de las noches de amor,  y pasión entre dos personas que se quieren. Él no dormía cuándo ella tendía su cuerpo desnudo en el angosto colchón, solo la miraba, apreciaba la mujer que tenía a su lado,-de su lado-, le acariciaba el cabello tan suave que ni los mosquitos podían escucharlo, sentía el aroma de su cuerpo el perfume que emanaba era la droga perfecta para el éxtasis. El despertador sonaba 5.20am, temprano para ambos, pero no importaba si la noche había pasado  velozmente entre los dos. Yendo al laburo, siempre le acompañaba a la parada del colectivo no quería que nada le pase, pero sobre todo, él la quería seguir viéndola… transcurría la mañana agotadora,  ambos se daban fuerzas mutuamente, no perdían el contacto por más que tenían que atender a algún pelotudo que lo único que hacía era retrasar el mensaje que ellos querían darse.
Se cuidaban, se protegían y se consolaban, tantas cosas paso en menos de 90 días, ni siquiera duraron una estación en un almanaque, pero al compás del reloj se cuidaban mutuamente, tan intenso fue lo que él sentía que era capaz de bajar hasta al infierno para protegerle y darle todo su amor.

Se fueron conociendo lentamente en la habitación mugrosa del muchacho, largas noches allá por mediado de noviembre y todo un diciembre lleno de caricias y besos, sonrisas se robaban, cuidándose y abrigándose el corazón con tanto cariño invadiendo el colchón.

Llegaron a pasar más de 5 Lunas encerrándose en un callejón donde el suspiro era el despertar, todo transcurría como una típica canción del anochecer, dónde las acordes románticos ponen sensibles hasta el clavo rígido.
Fue un lunes por la mañana cuando la sintió por última vez, él sabía que había llegado el telegrama enredado en un tejido de araña, sintió el eclipse en pleno día, como se mastican vidrios, su cabeza estaba cansada, la mente no comprendía lo que estaba sucediendo, pero sabía lo que iba suceder.

Llego el “día D”, en que ella lo cito para despedirlo, la montaña de amor se estaba derrumbando cuando no podía mirarles a los ojos y decirle que todo acabo, que ella había sembrado tiempo atrás en tierra árida y la semilla se secó,  que ahora siente tanto dolor que no puede seguir. Las lágrimas se hacían participe del paisaje de la noche, ella seguía sin poder levantar la mirada porque sabía que había roto su corazón, quería tender su mano con la suya pero se negó porque no le bastaba solo eso, sino un abrazo fuerte y que le diga al oído que todo va estar bien…
Ella se fue llorando caminando por la ciudad, no le importaba los autos ni la gente, ni las luces que había en el lugar, los ojos empapados la conducirán a su hogar, había dejado a la persona que le  había abrazado y ofrecido un mundo lleno de ilusiones... y de él... que se puede decir…se lo vio toda la semana en el viejo bar donde se habían conocidos, pedía una cerveza fría y pedía  vasos para dos, imaginándose que ella  vendría algún día. Lo estuvo esperando con sus ojitos llenos de amor... la espero largas horas, hasta que la ebriedad le permitía, tomaba de su vaso y el otro lo llenaba y lo dejaba al lado, y cada 10minutos tiraba y volvía a servir, por si en algún momento ella vendría a buscarlo, pero… jamás sucedió, jamás ella se acercó. Recordaba los momentos que habían pasados, y se mordía los labios, una catarata caía en su rostro y no le importaba más nada que imaginarla en alguna canción que sonaba.
En su memoria siempre recordara las 5:20am, momento clave del día, era la hora en que se levantaban los dos, y como buen muchacho le acompañaba hasta la parada y con un beso seguido de una sonrisa se despedían mutuamente, despertares únicos, invencibles a los ojos de los demás, momento mágico del amanecer, y ahora ya no está... la sigue buscando en el alba de todas las mañanas, mañanas otoñales dónde extrañar es el saludo de cada despertar.

Las mañanas se le tornan largas sin la presencia de ella, sin su devoción de mujer, la brisa hace recordarla cada vez que toca su rostro,  con la mirada perdida se lo ve, buscándola entre toda la multitud, es un corazón fuera de la ley que no se da por vencido.

 Por las tardes siempre suele sentarse bajo un árbol y mira fijamente el horizonte para poder recordarla llena de colores y así, simplemente sonreír.

Lleva días sin poder dormir, porque se le aparece en sus sueños, y quiere estar despierto para poder regalarle una sonrisa cuándo ella le venga a buscar. Siente que todavía tiene el cariño de ella, lo puede verificar en su colchón ya que pide a gritos por ella, qué las sabanas tienen su perfume y la almohada conserva las metas que ella una vez le conto, es un parque de recuerdos la habitación, no se puede acostar en su cama ya que le falta la voz de ella pidiéndole que le abrase.

Viaja en su fantasía mental, para que el olvido no le llegue jamás, en sus sueños sueña con ella, que vuelva a darle la mano y hacerle sentir especial, observarla detenidamente y ella le regale su sonrisa dulce. Recuerda sus muecas en su rostro cada vez que la veía sonreír… y el con una gran tristeza le pregunta al viento ¿qué le andara pasando?
Puede ser que el fuego en su interior no se apague y esté dispuesto a caminar a su lado, corriendo el riesgo de perder, pero a un soñador no le es fácil rendirse ni dar todo por perdido. Junta fuerzas en el suelo porque tiene la esperanza de que ella vendrá a buscarlo, es el momento más pensando para él. No dará por caído su amor, y en cada “toc toc” que resuene en la puerta, él ira atender anhelando que sea ella.

Escribe poemas y lo deja debajo de su almohada por si un día vuelven a soñar juntos. Se amarra las manos para no molestarla en llamadas, pero todos los astros saben su querer por ella. La extraña como el Sol a la Luna, porqué sabe muy bien que ella es una estrella que siempre está presente por más que no la vea. No solo son vagos recuerdos nocturnos, también de día juega a formar su nombre con las bilingües formas de las nubes y allí se le presenta, en el Horizonte –colorido y profundo-, como es ella.

La necesita ahora mismo, no puede evitar la necesidad de extrañarla al verse tan vacío hoy, solo espera por ella, las luces se empiezan apagar y le vuelven a caer lágrimas en su rostro triste. Quiere acurrucarse en esos brazos que ella una vez le regalo.

Pasan las horas los días, y no hay señales de ella. Así pasa su pensar pensando por ella, con el corazón la desea, con el alma la espera y con los ojos la extraña, con sus manos la crea y su cuerpo la reserva, solo quiere a ella. Seguirá esperando por la llegada de la mujer que le daba  canciones porque siente al corazón sincero cuándo piensa en ella.

Estará sentadito al lado del teléfono, esperando escuchar su voz diciendo que volverá, tiene la fé que el día en que la vea será tan mágico como el momento ideal para reencontrarse con unos abrazos que perduren más que unas noches. La imagina a su lado, cuidándola, protegiéndola, mimándola, enseñándole pero sobre todo amándola. Proteger su corazón y demostrarle el fuego que tiene su interior, llevarle de viaje dónde solo existan los dos.

Desde que la conoció algo lo hizo levantar, ilumino su ser, podrán ser distintos y haber caminado distintos caminos, pero si algo es sincero, es la mirada en los ojos de los dos. Quizás se diga que pierde el tiempo pero el futuro es tan incierto y solo se lucha por lo que se quiere y se pretende sembrar, el presente hay que sembrarlo con amor para que los abrazos  del mañana sean el mejor despertador. Ya no miradas hacia atrás, no importa lo que se diga, solo el bienestar, las barreras que se presentan hay que derribarlas con el corazón, así todo pasara y cruzara.

La va estar esperando porque así lo decide su corazón, quiere tenerla nuevamente en sus brazos, no puede dejar de pensarla un segundo en cada instante.


... seguirá esperando  que Camila diga “Acá estoy mi Amor”.