
Sonrío entre dientes mientras recuerdo esa noche:
…cuando fuimos tan libres en tu sillón y esclavos del amor; el paisaje no importaba.
No tenía aire, y sin embargo tus besos alimentaban en mi vida.
Tus manos sobre mi cuello y tus senos salieron a observar.
Prófugos del dolor nos pusimos a llorar, y delirar sobre algún recuerdo matutino.
Mi voluntad en tus ojos, mi corazón en tu cementerio de excusas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario