Empecemos por contar esta historia que no tiene cuerpo ni miradas; pero si sonrisas plastificadas con cera. -El tiempo transcurre y no puedo concretar la idea sobre este papel-. Se llama Constanza, la chica de ojos bonitos y sonrisa pintada, de andares solitarios junto a su alegría desequilibrada, siempre es la frutilla del quilombo porque es una estrella en el día.
Qué pena que no pude acercarme más a ella, -cuando al final yo decidí ceder-, puso un muro sobre su techo, y alargo el tiempo para no ahogarse de viento fresco. Esa energía que sentimos en nuestro interior, que marca la pauta de que nuestro suelo fue frágil. Y el sentir de tu corazón en mis venas, es como la raíz del Ombú, que rompe toda clase de estructura determinada.
Siento su distancia como la gaviota vuela sobre el mar., un infame le ha roto su corazón y ella con tanto dolor no deja que yo la ame. El frasco se rompió en finitas partes y nadie estuvo ahí para tratar de arreglar el cristal. Las arvejas de porcelanas son y ella sola las junto, ni el sol ni las cenizas pudieron borrar su dolor., y hoy se aleja de mí, porque yo le mostré mi corazón y solita vio todo mi amor.
Ella sabe que no tengo buenos modales, y qué ni siquiera me sé el padre nuestro,- pero-, no quiero lastimarla ni espero ser su doctor, solo busco lo que hay en sus ojos, ese arcoíris de sueños que me guía hacia su amor. Necesito un trago de su locura y tocar sus manos sin distracción. Solo la quiero abrazar y sentir el perfume de su piel, encandilado por su mirada me iré a descansar.
La quiero cuidar, seré de feroz como la coral y de tierno como el cardenal. En mis brazos solo reinara la pasión del calor, mis manos serán esos lápices que te dibujaran la claridad del alma. No desesperes, no te vayas así, no corras, sé que sientes lo mismo que yo, nos dimos cuenta esos últimos días de agosto cuando pasamos días sentados en el atardecer y jugando a ser celosos mostramos nuestro lado inusual.
Nunca la vi, ni la escuche conversar, tampoco se de sus sueños, y no pretendo saber de su ex amor. Apenas sé que sus amigas le dicen “Cotí”, pero siempre en las noches nos volvemos a encontrar, y con eso ya me alcanza para regalarme a sus brazos...
No te hagas la rude girls contigo, porque me muestras tu debilidad, y no tienes la necesidad de ser tan formal conmigo. Tengo la misión de llevarte a un mundo, lejos de toda realidad y muy cerca del mañana, no vamos a escapar, pero es imprescindible que te relajes y te aferres a mis labios.
Quiero estar cuando todos se hayan ido y las nubes negras no te permitan ver el sol, cuando el silencio invada el Paraná yo te enseñare a gritar y si quieres podemos ir Monte Quemado pa llorar.
Es un lunes negro, todo pasa por la ciudad un tabaco lleva al café, y los gorriones empiezan a protestar, es viento del sur el que llego por acá, todos se acurrucan a su almohadón mirando la televisión,; yo tengo los colores en este cielo gris, porque sé que al leer esto vas hablar de mí, y no maldigas mi nombre (ya que todos lo hacen), regálame una sonrisa que yo estoy viajando, y sea en el horizonte o en el alba de mañana yo veré tu nombre, y mi corazón te susurrara un “TE QUIERO”.