martes, 24 de agosto de 2010

Regalos

Te estoy esperando como aquella vez; donde el aire atraía el perfume sabroso de tu piel y las caricias de tus manos eran frescas, sé que te gustaba mirar el cielo y sonreír. Recordaras mariposa, las veces que me mentías cuando mencionabas…viajar.
Y cuando llegaba la noche que hermoso y dulce era dormir con tu joven cuerpo desnudo. Esas tardes de verano, que se transformaba en primavera cuando me agarrabas de la mano.
Y esos viajes a casa, con despedidas de lluvias, con esos abrazos que la pachamama nos regalaba. Quizás recuerdes esas viejas historias de dos corazones luminosos que en el fondo se entregaban al desvelo de la noche.
Aquí estoy esperándote para revivir aquello, que una vez, llamamos…amor.

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