
Y cuando llegaba la noche que hermoso y dulce era dormir con tu joven cuerpo desnudo. Esas tardes de verano, que se transformaba en primavera cuando me agarrabas de la mano.
Y esos viajes a casa, con despedidas de lluvias, con esos abrazos que la pachamama nos regalaba. Quizás recuerdes esas viejas historias de dos corazones luminosos que en el fondo se entregaban al desvelo de la noche.
Aquí estoy esperándote para revivir aquello, que una vez, llamamos…amor.
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