
Me gusta escribir sobre la persona que jamás vieron mis ojos, la mujer que no sé cómo se mueve ni como habla, de esa muchacha que jamás escuche la voz, ni sentí el olor de su piel; que nunca aprecie su forma de caminar, ni esas caricias que nunca las palpe, ni sentí la mirada fija sobre mis espaldas; ni oí un te quiero en mis oídos, siento el frio por no tener sus brazos, el lago de su sangre sobre la llanura de mi pecho nunca se realizó.
Pero, me encanta que me cuente de ella, la veo con el corazón, ella así me muestra su alma, el tiempo nos acercó las distancias y Mejí, yo te pude conocer.
No le gusta la gente; ni las sonrisas sin risas, a los lagartos lo manda invernar, jamás la escuche delirar sobre el hambre del mundo, ni quejarse sobre mi mal humor.
Quizás compartimos eso, no nos gusta la raza humana, si los animales, nos gusta la soledad en la música, y sentarnos a mirar el atardecer.
Aunque estemos lejos, ella me hizo ser parte de su tren, no demuestra sus afectos, ni teme por pedir perdón, una luchadora cotidiana víctima del desprecio social y la presión de los infames familiares.
Pude conocer sus ojos en la oscuridad, los cuales me mostraban un dolor que llevaba por dentro. ¿y qué? Yo también me siento herido y lastimado, y ella siempre me abrazo en la caída.
Las distancias son al pedo, sé que ella está hoy conmigo, y mañana voy a escribirle de sus sueños.
Confió en ella porque siente igual que yo, no la caretea y es sincera., sé que puedo desatar un infierno de violencia si me entero que la quieren lastimar. Es la única persona que yo me animaría a besar y darle todo mi amor, meterse con ella es como querer robar la reina del panal sin salir picado.
Las distancias son al pedo, sé que ella está hoy conmigo, y mañana voy a escribirle de sus sueños.
Confió en ella porque siente igual que yo, no la caretea y es sincera., sé que puedo desatar un infierno de violencia si me entero que la quieren lastimar. Es la única persona que yo me animaría a besar y darle todo mi amor, meterse con ella es como querer robar la reina del panal sin salir picado.
Mi amor por ella es natural, no lo niego, ojala pudiera estar cerca de ella para poder escribirle sobre amor –y me atrevo a decir que cada instante la quiero más-. La luna naranja me hace verla allí, tan distinta a todas y tan igual a mí.
Meji, si algún día lees esto, quiero que sepas que siempre te estaré esperando, mis ojos son tuyos, y mis manos no se cansaran de hablar de vos. Mis labios, no importa si hoy están secos, yo sé que mañana me vas a lubricar con tus lágrimas.
Estés donde estés nunca te olvides que solo tienes que mirar al cielo y sonreír, yo estaré a tu lado; si caminas, mira hacia el piso, siempre estaré siendo de soporte en tu voz; cuando la brisa recorra tu cabello, respira profundo, soy yo el que te estará alimentando; cuando la lluvia te moje, no puteés, son mis palabras hechas gotas para sacarte una sonrisa cuando el día fue pesado.
Sé que no soy un tipo ejemplar, pero siento lo que sentís al leer esto. Seré un iluso y un utopista, como vos. , y es eso lo que me hace escribirte y decirte lo que expreso. No te vayas a dormir sin mirar la luna en esta noche, abrázame, tú no sabes lo difícil que es para mí hablar de vos sin que nadie te conozca, pero mi amor, tu sabes que te amo y que siempre estoy, y solo con vos quiero compartir todas mis ideas locas.
Espero por el día en que te encuentre y tengas este papel entre tus manos, en tus bolsillos unos caramelos y en tus labios un “te quiero”.