Acción rápida: contra tu dolor

Los dos sabemos que nunca nos vimos y sabemos que estamos lejos, y no sabemos que la distancia es parte de la imaginación, porque con el tiempo la mariposa nos trajo de su polen para alimentarnos el alma en cada madrugada, cuando el desvelo se hace presente y los sueños agotados de tanto ser soñados. Te pintare en tu rostro un arcoíris de felicidad, para cuando te mires al espejo, te regales una sonrisa.

…hay una persona que te quiere…. Qué te quiere a su lado, que te va acompañar al cielo y a la hoguera., que recorrerá mil kilómetros a tu lado y por más fuerte que sea el huracán, no te va perder… quiero que te desnudes ante mí y te regales mis besos, sin ropa sin maquillajes, quiero conocer tu verdad y absorber tu dolor.

Esta tarde te iré a buscar, saldremos de paseo, así olvidaras ese clavo oxidado del sur, que te pinto la silla con los colores más cálidos, pero se olvidó que la pintura estaba aguada y con la lluvia de tus ojos el sueño se esfumo y el gusano mal parido huyo.

Pararemos de frente al rio, y tiraremos piedras en él, así dejaras de creer en pelotudos que te pintan versos de amor. Cada piedra representara un dolor en tu corazón., veras como el agua tragara las piedras depositándolas en el fondo donde no puedas ver, la corriente llevara y se encargara de remover esos obstáculos, y así la piedra que arrojaste será una más del monton y mañana no recordaras al dolor.

No sé dónde iremos ni que será de los dos, lo único que sé, es que morirás en mis brazos porque te enseñare a luchar por tus sueños, sentirás el paraíso de tu mundo de fantasías y nadie podrá borrarte tu sonrisa; nadie se atreverá a lastimarte. Viajaremos desde la almohada a las montañas, y en cada pueblo contaremos de nuestro amor.

Llevaremos las caras lavadas de alegría, y el corazón abierto a cualquier ocasión. Nadie podrá borrarnos nuestras sonrisas, y tus sueños, mañana hablaran de vos.

Solo te pido tu risa, y tus ojitos luminosos, ahora prepara los bolsos y las zapatillas que es hora de caminar y quemar el sillón maldito pá que nunca más te sientes en el dolor.